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28 de julio de 2013

Poética de lo etéreo





Dicho sea de paso que mi visita a esta muestra coincidió con la peor tormenta del año que se desencadenó en la capital porteña. Como no creo en las casualidades anoto el hecho para señalar que al arte de Berra no se llega fácilmente. De los valiosos escritos sobre su obra rescato un párrafo  ue firma Gabriel Gutnisky “…Pero como además el subconsciente es algo que no se inventa, ese gesto opera como dignificador de su propia historia y paisaje y estas manchas casi monocromas, sin límites aparentes pueden llegar a ser consideradas como fragmentos de algo que hay que reconstruir más con la memoria que con la mirada”. (…) Un rico subconsciente, una memoria que invita al ensueño y una notable delicadeza son características que se conjugan en el arte de Berra. La casi totalidad de sus obras están bautizadas como muros con distintos adjetivos que califican las diversas instancias en que esos muros son evocados. Berra no desprecio el consejo de Leonardo de estar atento a las sugestiones del muro. En casi todos los casos se trata de técnicas mixtas que aprovechan la tabla, la arpillera o el cartón, el todo dispuesto de tal modo para despertar en el contemplador su propia capacidad de memoria de subconsciente y ensueño. En tal sentido las pinturas de Berra son un trampolín hacia nuestra propia interioridad si es que pretendemos captar la suya. Se trata de sugerir delicadas pistas para cumplir con ese objetivo de arte que señala Schlegel: “Despertar la vocación sobrenatural del alma humana”.



Rafael Squirru
fragmento del prólogo “Ernesto Berra”.
2004. Córdoba